En muchas ocasiones, la complejidad del problema, la falta de perspectiva o la falta de recursos, puede dificultarnos que resolvamos un problema de manera efectiva.
Aunque no nos demos cuenta, estamos resolviendo problemas de manera constante. Y la gran mayoría los resolvemos de manera exitosa. Algunos son más rápidos de resolver, otros no tanto. Cuando damos resolución a una situación problemática, siempre aprendemos algo. Ese aprendizaje nos ayudará a salir airosos en posteriores situaciones. Sin embargo, cuando nada de lo que ponemos en práctica parece funcionar para dar solución a nuestro problema, llega el momento de pedir ayuda.
En el Desván de la Psicología encontrarás toda la ayuda necesaria.