«Queridos Reyes Magos: Ellos y Nosotros»

Para todos aquellos que siguen creyendo en Peter Pan…

Aquellas personas que tienen niñ@s a su alrededor, lo saben. Ellos son el centro de muchas de nuestras motivaciones. Transmiten vitalidad y te contagian con sus fantasías. Desde pequeños tienen grandes aspiraciones; sueñan con ser astronautas, conducir un coche de carreras, o convertirse en príncipes y princesas.  Por supuesto, nada de eso les parece una locura, porque lo viven como algo que con total seguridad, sucederá cuando sean mayores.

Viajan por lugares insospechados usando su imaginación. Van en busca mundos mágicos y maravillosos donde hallar momentos de paz y tranquilidad, que les ayuden a evadirse de una realidad que están empezando a conocer, y que en ocasiones les resulta compleja y aburrida.  Adoran que les cuenten cuentos, o ver películas dónde salen sus personajes favoritos. Llegando en algunos momentos a sentir, que ellos mismos podrían ser los protagonistas de la historia.

Todo eso y mucho más, es lo que los hace tan especiales, y a la vez tan diferentes a nosotros, los adultos. Que andamos siempre preocupados por el trabajo, la carrera o la familia. Y hoy en día, por la crisis. Pero, ¿qué pasa con “el niño” que todos llevamos dentro? ¿Acaso deja de existir una vez nos hacemos mayores?

Por suerte o por desgracia, según como quiera verlo cada uno.  Ese “niño” vive dentro de nosotros. Aunque al hacerse mayores parece que algunos insisten ciegamente en olvidarse de él. Sin embargo, considero que todos nosotros, inconscientemente, nos negamos a abandonar ese mundo de “Nunca Jamás”, que nos permite seguir siendo como ellos de algún modo. Un mundo en el que es inevitable sentirse cómodo, protegido y feliz.

Ellos sabrían hablarte mejor que nadie de la ilusión y el entusiasmo, porque son capaces de vivir ajenos a las preocupaciones de los adultos. O al menos así debería de ser. Eso no quiere decir que no sufran, pues también lo hacen a su manera. Aún así, su forma de enfrentarse a las dificultades es diferente.

En esta etapa de su vida, es importante que aprendan a enfrentarse a los problemas que les puedan surgir, además de aprender a manejar sus emociones negativas. Las rabietas o signos de mala conducta, suelen ser un síntoma de que el niño no encuentra la vía adecuada para expresar su ira, su frustración o su enfado.

Nosotros somos los únicos responsables de mantenerles alejados de nuestros propios problemas. Hemos de saber hasta qué punto es importante hacerles partícipes de lo que está sucediendo fuera de ese mundo de «Nunca Jamás» en el que ellos, afortunadamente, todavía permanecen.

Hoy día 5 de Enero, es un día de ilusiones. Niños y niñas de todas partes andan nerviosos ahora, porque saben que mañana recibirán sus regalos venidos desde muy lejos. Pero recordad que ellos también nos harán un gran regalo a nosotros, nos entregarán su sonrisa más sincera al despertar, porque sabrán que han llegado los Reyes Magos de Oriente. Y en ese momento, qué hay más importante que verles felices.

Sé que la situación ahora es difícil para muchas familias, pero la ilusión de un niño nunca se pierde, porque en ellos siempre hay esperanza. Quizás no reciba aquello que pidió, pero sí que es cierto, que se puede buscar la forma de sacarle una gran sonrisa. Eso sólo depende de nosotros.

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