Memorias de una Guerrera: «El Camino de la Pérdida»

“Memorias de una Guerrera”  es un apartado de mi Blog dónde podréis encontrar relatos sobre las andanzas por la vida de La Guerrera. Un personaje con el que espero que muchos de vosotr@s os sintáis tremendamente identificad@s.

Nuestra pequeña y gran protagonista compartirá con nosotros sus problemas, sus inquietudes sobre la vida, sus victorias y derrotas, en definitiva, todas las aventuras vividas a lo largo de su camino. Un camino que esperemos, sea largo.

Esta vez a nuestra Guerrera le llegó el momento de emprender el camino de la pérdida. Un camino, para el que nuestra Guerrera, todavía no había sido instruida…

Uno nunca está del todo preparado para la pérdida de un ser querido, un camino que tiene muchos posibles comienzos. Ese camino, puede empezar con una llamada inesperada ante un accidente, o con la crónica de una muerte anunciada a causa de una enfermedad.

A veces, la muerte respeta el transcurso de la vida, esperando pacientemente hasta a la vejez. Otras, aparece cuando todavía no se la espera. Pero sea del modo que sea, es difícil que ésta sea bien recibida. Porque cuando llega el momento de que esa persona con la que tanto tiempo hemos compartido, comience un nuevo viaje,  un viaje hacia un lugar al que no podremos acompañarle, cuando ese momento llega, algo cambia en nuestro interior.  Un cambio que será para siempre.

Como buena Guerrera, Ella debe ir emprendiendo nuevos caminos. Aunque esta vez, el camino comenzó sin elección posible. Se trataba de algo que le vendría impuesto y que es ley de vida para todos los que al igual que Ella, somos Guerreros de la Luz. Un algo para lo que, a pesar de formar parte del ciclo de la vida, la Guerrera no estaba preparada. 

Entender y aceptar la marcha de un ser querido, no sería tarea fácil para la Guerrera. Y sobretodo, requeriría tiempo. Sea como sea, cuando esa persona se va, se abre un camino difícil para todos los que aquí se quedan, y duele, duele mucho.

Iría apareciendo la ira, la impotencia, e incluso, la culpa. La culpa por todo lo que se debería haber hecho y no se hizo. O el arrepentimiento, por lo que se hizo y no se debería haber hecho. La pérdida dejaría paso al inmenso vacío y en ocasiones, aunque sólo sea por un momento, también al egoísmo. ¿Por qué al egoísmo? Ella sabía que esa persona podía estar sufriendo y aún así, el deseo de la Guerrera era seguir teniéndola a su lado, porque el dolor que provoca la ausencia, le resultaba insoportable. A nuestra Guerrera le llevaría cierto tiempo comprender que, era así cómo debían suceder las cosas. Y que a pesar de todo, debía levantar la cabeza y continuar caminando, porque la vida todavía sigue para los que aquí se quedan.

Nosotros, al igual que Ella, somos seres que luchan por crecer, por levantarse tras la caída y por salir victoriosos ante las batallas que impone la vida. La Guerrera bien conoce que no se sabe exactamente qué ocurre cuando un ser muere. Se podría debatir sobre ello, compartiendo creencias, opiniones e ideologías. Pero lo que Ella sí sabe es, que el recuerdo y la Luz de quienes ya no están, permanece vivo en el interior de uno mismo. 

No se trata de olvidarles, se trata de aceptar la pérdida. Por eso, cada uno debe encontrar la mejor forma de hacerlo, y eso lleva su tiempo. El vacío que dejan tras su partida, debe ser llenado de buenos recuerdos, de amor, de cartas que nunca serán enviadas… Sencillamente, de lo que uno buenamente pueda para entonces, poder seguir caminando.

Para mi A., mi Ángel de la Guarda